TRATAMIENTO DURACIÓN
30 – 60 minutos
ANESTESIA
Está incorporada en el relleno
DURACION RELLENO
1 – 1,5 años
PRODUCTOS
Acido hialurónico
DURACIÓN TRATAMIENTO
30-45 minutos
DURACION DEL RELLENO
Dependiendo de la zona y del acido hialurónico de 6 a 18 meses
RECUPERACIÓN
Inmediato, a veces surgen pequeños hematomas temporales
PROFESIONALES
Dra. Jiménez Dra. Pinilla
Cirujanos Plásticos
PRENDAS POSTCIRUGÍA
No necesarias
PRECIO
A partir de 395€
RECUPERACIÓN
Inmediato
PRECIO
A partir de 395€
El relleno de ácido hialurónico es el aumento de volumén con ácido hialurónico. Este es un componente de la matriz extracelular de los tejidos animales y tiene forma de cadenas. Es uno de los responsables de mantener la arquitectura microscópica que hay entre las células.
Se puede disolver fácilmente en agua generando un gel transparente y si lo inyectáramos sin hacer ningún tratamiento su duración no sobrepasaría los tres días.
Para generar el ácido hialurónico que luego usamos como rellenos faciales se necesita unir las cadenas entre sí. A medida que esas cadenas se unen se consiguen los diferentes tipos de ácido hialurónico que se emplean según las zonas de la cara.
El ácido hialurónico es uno de los pilares más importantes en el rejuvenecimiento facial no quirúrgico. La evolución de estos materiales ha cambiado la forma en que hombres y mujeres se plantean el envejecimiento facial y corporal. Es por eso que existen algunos beneficios en el relleno con ácido hialurónico.
Últimamente se ha impuesto el llamado “lifting sin cirugía” como una alternativa que cumple las características de naturalidad, duración en el tiempo e incluso prevención del propio envejecimiento.
Podemos considerar múltiples ventajas dependiendo del tipo de producto y del tipo de tratamiento
En nuestra clínica aplicamos el tratamiento con ácido hialurónico a tres niveles fundamentales:
Gracias a los avances en “cómo envejecemos” que están saliendo a la luz en los últimos años, sabemos que las marcas de envejecimiento vienen determinadas por lo cambios de volumen facial y que la presencia de arrugas es secundaria a dichos cambios. Gracias a esta evolución, mucha gente puede ya realizarse los tratamientos con rellenos faciales.
La evaluación facial inicial se centra en analizar 4 puntos clave:
En este aspecto se valoran:
A groso modo hay dos líneas de paquetes de grasa en nuestra cara:
Con el paso de los años, unas líneas pierden grasa más deprisa que otras, generando los cambios de volumen que nos transmiten el envejecimiento facial.
Punto clave para localizar las líneas de expresión, hasta ahora ha sido la gran olvidada. La colocación de volumen en la zona facial no sólo debe quedar estética en reposo si no en la vida cotidiana del paciente. Para conseguir este aspecto entra en funcionamiento la flexibilidad de los diferentes productos de relleno. No se pueden colocar rellenos de plano profundo, qué son más consistentes y pensados para elevar estructuras faciales, en una zona móvil, dinámica y expresiva, como son los labios, la zona de la oreja o las patas de gallo.
Debidas a las diferentes fuerzas musculares faciales que también aumentan con la edad, encontramos cejas que se elevan de forma diferente o sonrisas que muestran los dientes de forma irregular.
El análisis de estas diferencias es determinante ya que entra en juego la valoración de cada plano y sus interrelaciones, tanto en reposo como en la fase dinámica.
Para complementar este estudio necesitamos también conocer los deseos del paciente:
Es esencial un análisis meticuloso y una aplicación precisa para conseguir el mejor resultado.
El uso de rellenos preventivos es tan sólo una de todas las herramientas que, aplicadas de una forma equilibrada sobre el rostro de una paciente, tratan de conseguir una mejora armónica, natural y estable en el tiempo. En combinación con la aplicación de la toxina botulínica, utilizado para limitar la contracción muscular, forman el equipo perfecto para trabajar la piel antes de que las arrugas se instauren de forma permanente.
En la estética preventiva facial se trabaja en tres niveles:
En el momento que realizamos alguna acción en cualquiera de estos niveles vamos a modificar la evolución del envejecimiento. Por un lado el ácido hialurónico produce la generación de colágeno local que va a permanecer en el tiempo, lógicamente no va a producir tanto colágeno propio como para generar un volumen, pero sí lo suficiente para que en las revisiones y en sesiones posteriores el resultado siga siendo muy natural.
La mayoría de nuestros pacientes retoman su vida diaria sin complicaciones. Sí recomendamos no realizar deporte ni acudir a piscinas o saunas el mismo día, no utilizar maquillaje y dormir semiincorporado.
Se suelen combinar los rellenos con aplicaciones periódicas de toxina botulínica para complementar. No se recomienda realizar ningún tratamientos de cabina (limpiezas, peeling, etc.) hasta haber pasado 15 días.
Las complicaciones tras la aplicación de un relleno son mínimas. Es habitual encontrar enrojecimiento local, inflamación, picor y sensación de adormecimiento de las zonas tratadas como resultado de la anestesia que acompaña al producto. En algunos casos pueden aparecer pequeños hematomas, hoy en día bastante minimizados por el uso de cánulas frente a las agujas tradicionales.
En la semana inmediatamente posterior a la infiltración los pacientes pueden notar a la palpación los puntos donde se ha inyectado el producto especialmente en los casos de plano óseo, no así visualmente. Esta situación es normal y temporal; se produce una adaptación local de rellenos a los movimientos naturales faciales.
Pasado un mes el resultado mejora y el paciente lo encuentra más natural que al principio. No sólo el relleno se integra con la dinámica facial, sino que la presencia de ácido hialurónico estimula la formación de colágeno de calidad a nivel local.
Entre año y medio y dos años, dependiendo del tipo de relleno y de los hábitos de vida del paciente. El ácido hialurónico tiene menos duración frente a los radicales libres que son unos compuestos que lo degradan. Estos aumentan en determinadas circunstancias como es la propia alimentación, exposición al sol exagerada o el consumo de tabaco.
No deben inyectarse rellenos en zonas o planos con presencia de un relleno permanente previo, existencia en el momento de inyección de una infección local o de herpes activo. No se recomienda en embarazadas ni en enfermedades que cursen con bajada de defensas que puedan favorecer una infección local. Hay que tener especial cuidado en el caso de enfermedades diabéticas, cardiopatías con tratamientos anticoagulantes, enfermedades autoinmunes, o alergia a alguno de los componentes del relleno.